La primera se llama Déjame entrar, no me pregunten cómo llegué a esta película, pues ni yo mismo lo sé, sólo la ví en la tienda a donde suelo ir a comprar mis pelas y ya está, la cogí y pagué. Me llamó la atención su portada, un niño casi albino empujando una puerta invisible. Me enteré luego que pertenecía al Sueco Tomas Alfredson, que tenía premios y que fue muy bien recibida por la crítica. Aquí el trailer.
La segunda película fue La última tentación de cristo de Martin Scorsese, una película que suelo ver en Semana Santa, ¿por qué? porque me gusta decir que veo esta película en Semana Santa para ver cual es la reacción de aquellos católicos que piensan que esta película es hereje, maldita, anticristiana y una ofensa a Dios. ¡Señores católicos, no se arañen!, esta película está basada en una novela de Nikos Kazantzakis. Por cierto, su visión humana de Cristo me conmovió realmente.
La tercera fue Gran Torino, de Clint Eastwood, como adelanto a la reseña que estoy haciendo para una revista sólo puedo decir que esta película es la cereza que corona esa inmensa trayectoria que lo convirtió a Clint en lo que es, una leyenda viva del cine norteamericano. Si me quedara con una sola imagen de la película sería con aquella que se le ve al viejo Clint haciendo una pistola con su mano y disparando a los malos.¡Una belleza de película!
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