"Buenos días alumnos, saquen sus libros en la página 25, este tema es facilito"
- Patricia (Profesora de Inglés)¡que vivan los maestros peruanos!
"...Uno escribe para quitarse el veneno que ha acumulado debido a su falso modo de vida, intentando recapturar su inocencia, pero lo único que logra es inocular el mundo con el virus de su desilusión. Nadie pondría una sola palabra en papel si tuviera el valor necesario para vivir aquello en lo que creía..." (Henry Miller)
15 noviembre, 2008
Somos libres, seásmoslo siempre
El día lunes en plena formación el auxiliar tuvo este penoso lapsus o es que acaso fue una confesión (¿?)
Auxiliar:Cuándo van a cantar el Himno Nacional bien, sólo los alumnos del primer patio lo cantan, ustedes los de secundaria deberían dar el ejemplo, siempre es lo mismo con ustedes. A ver, profesora Panchita, ¿nos puede ayudar con la entonación?
Profesora Panchita: Claro, me alcanza el micro, por favor.
Auxiliar: No..., es que lo tengo muy corto.
Auxiliar:Cuándo van a cantar el Himno Nacional bien, sólo los alumnos del primer patio lo cantan, ustedes los de secundaria deberían dar el ejemplo, siempre es lo mismo con ustedes. A ver, profesora Panchita, ¿nos puede ayudar con la entonación?
Profesora Panchita: Claro, me alcanza el micro, por favor.
Auxiliar: No..., es que lo tengo muy corto.
Instrucciones para dar cuerda a un reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Julio Cortázar
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