10 mayo, 2010

César Vallejo se aburrió de seguir muerto en París


"Sí que pesa la primera casa en nuestros hombros cuando uno ha sostenido otras encima, pesa de verdad, pesa como una casa. Puede que ya no exista, que la hayan demolido y construido cualquier otra cosa en su lugar o que permanezca en su decadencia, tugurizada o guarida de fumones o ruina inhabitable o remodelada para que niegue su identidad y no nos reconozca, pero la primera casa es siempre la primera, cimiento de todas las demás".